Un heloma, es una lesión dérmica que se forma debido a la presión o fricción repetida en una zona específica del pie. Se caracteriza por una acumulación de células muertas (hiperqueratosis) que adopta una forma cónica y se incrusta en las capas más profundas de la piel, causando dolor e incomodidad al caminar. Comúnmente conocido también como «ojo de gallo», clavo o callo.

Tipos de helomas:

-Heloma plantar (clavo): Aparece en la planta del pie, especialmente en áreas de apoyo como las cabezas metatarsales. Suele ser doloroso al caminar y presenta una superficie dura y definida.

-Heloma dorsal: Se localiza en la parte superior de los dedos del pie, causado por el roce con el calzado.

-Heloma interdigital (ojo de gallo): Se forma entre los dedos, comúnmente entre el cuarto y quinto dedo, debido a la fricción entre ellos.

-Heloma de fondo de saco: Se encuentra en la zona blanda que une dos dedos del pie, siendo especialmente doloroso.

-Heloma subungueal: se desarrolla debajo de la uña, suele ser más común su aparición en el dedo del pie gordo o el quinto, es muy doloroso y se suele confundir con Hematoma subungueal, infecciones micóticas, uñas encarnadas, tumores benignos o malignos subungueales.

La causa de aparición es:

Calzado inadecuado: Zapatos estrechos, de tacón alto o con materiales rígidos que generan fricción y presión excesiva.

Alteraciones biomecánicas: Malas posturas al caminar o deformidades como juanetes o dedos en garra que provocan presión desigual en el pie.

Falta de hidratación: La sequedad en la piel puede favorecer la formación de helomas.

Edad y pérdida de tejido adiposo: Con el envejecimiento, la disminución del tejido graso en los pies puede aumentar la presión en ciertas áreas.

Deformidad digital como consecuencia de artrosis, lo que provoca el aumento del roce entre los dedos.

Tratamientos disponibles

El tratamiento de los helomas depende de su gravedad y causa subyacente:

Quiropodia: Procedimiento podológico que consiste en la deslaminación de la piel engrosada y la enucleación del núcleo del heloma. Es indoloro y proporciona alivio inmediato.

Estudio biomecánico de la pisada: Análisis que identifica puntos de presión anormales en el pie. Basado en los resultados, se pueden diseñar plantillas personalizadas para redistribuir la presión y prevenir la reaparición del heloma.

Medicación: En casos de infección o inflamación, pueden recetarse antibióticos o antiinflamatorios.

Cirugía: En situaciones severas o recurrentes, puede ser necesaria la extirpación quirúrgica del heloma y la corrección de deformidades óseas subyacentes.

Prevención

Para prevenir la aparición de helomas, se recomienda:

Usar calzado adecuado: Zapatos cómodos, de horma ancha y materiales flexibles que no generen presión excesiva.

Mantener una buena higiene y hidratación: Lavar y secar bien los pies, especialmente entre los dedos, y aplicar cremas hidratantes específicas.

Consultar al podólogo regularmente: Especialmente si se presentan deformidades en los pies o molestias al caminar.

Es importante no confundir los helomas con otras lesiones como las verrugas plantares, ya que su tratamiento es diferente. Ante cualquier duda o molestia persistente, es aconsejable acudir a un especialista en podología para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.